"En Pos del Fuego Primordial"

La Política ¿veneno o remedio?

martes, 2 de junio de 2009

Cuando escuchamos la palabra “política” no todos imaginamos la clase de actividad que tienen en la cabeza quienes hacen filosofía política o ciencia política. En cambio, cuando leemos que algunos sesudos hombres de bien se proponen para ilustrar a quienes la realizan como actividad dan la sensación de que algo de las élites griegas o de los protectorados orientales sobreviven hoy.
_
La “política” como actividad es la acción razonada y apasionada desplegada para hacer que las cosas sucedan conforme a ciertos intereses y correlaciones en pugna. De arriba hacia abajo (desde el Estado hacia los individuos y las instituciones) o de abajo hacia arriba (desde las expresiones organizadas de la sociedad civil hacia las esferas del poder político, conómico y militar) aquélla impone ( regula o reprime ) en nombre del orden público, no por eso popular, reglas supuestamente convenientes que la población a menudo no acepta y resiste, como en los casos de los TLC’s que destruyen la industria manufacturera, la ley del agua que privatiza y afecta las cabeceras hidrográficas o como la ley de la selva que afecta los bosques virginales, las de los muelles y de las aseguradoras que compran los chilenos, entre otras.
_
La política como hecho es la fuente de los conflictos que nacen del abismo entre las clases. Como ciencia propone ser el remedio a esos males apelando a la delegación de poderes, la mayoría legislativa, la desconcentración del poder, los sistemas de representación electoral, los procedimientos de fiscalización y transparencia, la estabilidad y la seguridad constitucional, etc..
_
La verdad es que hay pocos temas que en ella provoquen tanta polémica como el cambio de orden a través de las formas diversas del combate cívico en las calles, en las instituciones, en los medios de comunicación y en los espacios académicos, o el de las coimas de los círculos de corrupción, clientelaje, chuponeo y colusión que apuestan, paradójicamente, por el orden, la estabilidad y la legalidad para quedar impunes, como en el escandaloso asunto de los petroaudios y el los delitos de lessa humanidad cometidos por Montesinos, Hermoza y Martin Rivas, aún sin castigo, para hacer más fácil la escapatoria de Fujimori.

Este es el objeto que estudian fríamente como espectadores, desde el elevado balcón de los conceptos, los que hacen ciencia y filosofía política para explicar el modo en que opera el Estado contra la Sociedad Civil, el orden contra el cambio, la legalidad contra la justicia, sin modificar nada. Este es, en suma, el objeto que estudia la filosofía política para preguntar, según formas presumiblemente universales, si es posible curar al enfermo con más de aquello que lo mata.

0 comentarios: