"En Pos del Fuego Primordial"

Trilce, Vive

lunes, 14 de septiembre de 2009

Luis Alberto Sánchez (LAS) escribió hace tiempo: "Trilce fue una isla incógnita y repudiada. Orrego y yo nos hicimos el hara-kiri crítico al amparar eso que los 'viejos' llamaban 'disparate', y los 'jóvenes' 'pose' ". LAS ya no está para amparar a Trilce. Trilce ya no necesita que la amparen, se ha consagrado incluso con independencia de Vallejo, como éste en los barracones libertarios de la historia, aunque los Barones de Cungunday lo quisieran preso por nada ¡en una cárcel del Perú!

La vida es tiempo y misterio, o verdad evidente descorrida fragmentariamente ante unos ojos efímeros. Por eso, desde el presente, no nos toca ver la verdad consagrada sino como verdad presentida y/o revelada. La gloria de la vida yace oculta para los que la viven. Cuando al fin nuestras vidas se perfilan en su verdad, cualesquiera que esta fuera, los que la vieron o la vivieron, ignorantes o ignorados, se fueron. Verla antes es cosa de espíritu o de métodos, dirán unos y otros; pero reconocerla cuando no hay ya ante quien es cosa de tontos o culpa de inútiles.

Hace poco, en el egregio Paraninfo de la Universidad Nacional de Trujillo, donde se dieron cita a través de sus años algunas de las voces más claras de la cultura local y nacional, el Departamento de Lengua y Literatura de la Facultad de Educación y Ciencias de la Comunicación organizó una ceremonia por los 50 años del Grupo Literario Trilce, eslabón fundacional de las letras peruanas junto a otros de antes y de ahora. Allí estuvieron física y espiritualmente presentes sus miembros señeros, para vergüenza de los ausentes de cuerpo y espíritu.

En digno silencio, como dos leones griegos, Juan Paredes Carbonel y Santiago Aguilar flanqueaban el atrio del recinto. Los discursos de orden fueron de Segundo Llanos Horna y de Teodoro Rivero Ayllón. Fue una sorpresa escuchar el Himno al Maestro de Gerardo de Gracia y la Oda a la Caña de Azúcar de Paz Esquerre, tan llenos de sencillez, sentido y de sentimiento inteligente e inteligible. A mi lado, entrañable, Rasu Ñiti y mi amigo, Guillermo. En un lugar destacado el aura de la Dra. Elia Álvarez del Villar y, a su lado, el amigo del arte, Hernán Miranda Cueto.

Aunque esta fuera la mejor ocasión para un multitudinario mitin y un ágape apoteósico de todos los involucrados con las letras y la cultura, con la fe en Dios y en el Hombre, y con la historia de su encuentro regional como revolución y redención de los caídos, sólo estuvieron contritos y entusiastas los traídos por el Espíritu. Todavía hay mucho que decir y que hacer contra el miedo que se ensaña en los hombres. Todavía es tiempo para escucharnos una y otra vez y unir los eslabones de la cadena de la que está hecha nuestra brillante estirpe espiritual, como dijera, el día que volvía a nacer, el Dr. Luis Díaz Díaz.