!Qué viva el peruanísimo deporte de los reyes, Señores!
A todos nos gustan las apuestas y las sorpresas, ¿verdad?
Aunque sean las del predecible arribismo de los corsarios.
He aquí en papel de regalo el infausto juego de la frustración recurrente, el del "casi siempre casi". Triple empate en la trifecta de la tarde "democrática" para la prueba cívica de menor alcance (carrera de caballo y parada de burro). Final de cardiacos por foto estadístico-mediática.
Los que apostaron a ganador, cobran lo que apostaron : nada nuevo... ni mejor;
los que apostaron a place... especulan sin riesgo y esperan con los dedos cruzados;
los que apostaron por un "golpe" de suerte se juegan el pálpito en números sin convicción;
los "realistas" que hicieron de la resignación un truco "cívico"... eligen de los males el menor.
Así, con semejante argumentación, cualquier piajeno se siente ganador en pista y en tribuna. Mientras dure el sueño fatuo y la conjura de lo "anti-esto o lo otro" juguemos y luego ¡a llorar!
El belaundismo "desarrollista" para obviar al apra y acabar con la guerrilla de Luis de la Puente. El militarismo "nacionalista" para robarle al socialismo las banderas de la revolución agraria.
El segundo belaundismo para cerrar la caída popular de los 80's al pie de las fosas comunes.
Alan anticomunista para quemar vivos al programa socialista y a los presos del Frontón.
Fujimori para imponer el neoliberalismo guardando a la derecha para otra ocasión.
Toledo para comprometer a todos con las "reformas" fujimoristas sin el bribón.
Esa ha sido la historia "democrática" llamada... " de los males... el menor "
¿Juegas tú ?
Imaginar un mundo posible, realizarlo contra viento y marea, urdirlo con pasión en los detalles es la obra colectiva de hombres que se hacen libres mientras lo intentan. Perder para ganar, cambiar, es el lance en que morimos para no morir. Vencer o perder, salvando los desechos, sumándolos, superándolos, es asumir en todo la responsabilidad de la aventura 
